Hola
Una vez le dije a alguien:
- Me levanto hecha polvo ¿Qué puedo hacer?
Ese alguien me respondió:
- Te voy a dar algunas instrucciones para buenos hábitos.
¡Qué alegría! pensé. Ahora todo lo que tenía que hacer era seguir sus consejos.
- Nada más levantarte tienes que hacer algunos ejercicios musculares y respiraciones profundas.
Bien, lo de respirar es fácil, de hecho si no lo hago me muero, porque soy un poco bruja, pero mi poder no llega a quedarme sin oxigeno mucho tiempo. Eso si, lo de los estiramientos... ¡cuidado! Si solo mueves el cuello varías veces y de forma suave vas bien, de lo contrario puedes sufrir una contractura o un mareo que te haga regresar a la cama de nuevo. Luego ya no hay quien te levante.
Al principio ponía el despertador quince minutos antes para hacer los estiramientos. Conmigo esto no dio resultado, porque en cuanto pongo los pies en el suelo tengo que ir al baño, y de ahí, me lío, me lío y cuando me quiero dar cuenta ya estoy desayunando.
- Sonríe siempre que puedas.
Señores, yo lo intento. De verdad que lo intento. A veces hasta me duele la boca de sonreír y menos mal que no tengo ninguna queja con mi dentadura. Pero no puedo evitar que mis sonrisas sean forzadas. Es más, cuando me dicen:
-Me han despedido del trabajo.... yo sonrío.
-Que la sanidad va a ser privada... yo sonrío.
-Que la comunidad de Madrid no da becas para las ayudas de los libros... sigo sonriendo.
-Que han quitado muchos centros de urgencias ....sonrío pero se me resiente las comisuras.
-Que estamos en una crisis importante... sonrío aunque por dentro me estén llevando los demonios.
-Que a un tío que tiene cuentas en suiza le nombran alto cargo... mis labios ya solo pueden mostrar una linea.
-Que en el portal del belén han entrado los ladrones, se casan con las infantas y nos tocan los... Yo a lo mío, a sonreír.
-Que se acaba el mundo... me parto el culo!!! Si serán por sonrisas. Las sonrisas al menos no cuestan, pero ¿hay motivos para hacerlo? ¿por sonreír de ese modo somos más felices? Ahí dejo esa incógnita.
- Dedicar algunos momento del día a nosotros mismos, a pensar, a decorarnos.
¡Pues como no pongan más horas al día lo veo un poco difícil! El momento que me puedo dedicar es cuando entro en la ducha todas las mañanas y me lavo los dientes mientras alguien usa el aseo detrás de mi.
- Que haga pausas cortas en el trabajo.
Mi jefa me despide con un chasquear de dedos.
- Un paseo corto diario.
Pues no, hago cuatro. De casa a la estación, de la estación al trabajo. del trabajo a la estación, de la estación a casa. A veces ocho. Cuando también voy en las tardes.
- Baño relajante y espumoso.
En el plato de ducha me parece un poco complicado.
- Una siesta corta que reactiva el cuerpo y despeja la mente.
En el tren si encuentro sitio voy más pendiente de mi bolso que de cerrar los ojos.
- Acostarse antes de las doce.
Que putada, a esa hora todavía no acabado lo que estoy viendo en la tele. Y es que el programa de la voz...Es buenísimo, o lo era porque ya ha acabado. Lastima que yo nunca viera los últimos concursantes porque, no sé que tendrá mi sofá que nada más recostarme con una mantita por encima hace que pierda el sentido. O tu cara me suena... nunca sé quien gana. ¡cachis!
Dicen que las horas que se duermen antes de las doce valen por dos. Las posteriores la mitad... y es que tengo una mala suerte.
El caso es que a mi estos consejos no me funcionan mucho. Puede que a vosotros os funcione. Porque el refrán ese que dice: A quién madruga dios le ayuda... debía querer decir: A quién madruga se levanta más temprano.
para no hacer una entrada sosita, os voy a enseñar la cesta de frutas que me han regalado de un sitio muy especial. ya os daréis cuenta que me encantan las cosas naturales.
Un pedazo de abrazo a todos... a todos los que me han leído. A los que no, se lo pierden.
Muy buena entrada. ¡hay si pudiéramos disponer de todo el tiempo del mundo!
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